ANTLOGIAS DE VUELO XII

Empezaste a caminar por esa línea y ahora no podes salir. Inmjorable dosis de tranquilidad, el caviar de los eruditos. Válvula a otro tiempo, a otro espacio. Pensando como hacer para salir a caminar sin ningún mapa, buscando el camino que me lleve a poder andar sin zapatos en los pies, sin tener que mirar atrás, sin saber como volver. Perderme para no volverte a encontrar, ni a vos ni a lo que alguna vez fui. Detestable presa de tus antojos. Demente, gris. Amarga sensación que me llega al corazón, lo enfría, lo endurece, lo aturde. Desatando furia interna, incontrolable, implacable. Aborreciendo cada pensamiento de paz. Haciéndole la guerra a los sueños, atormentando a mi cabeza. Placeres que dan punzadas al corazón, ensucian tu camino, te atrapan. Si esas monedas hablarán, no querrías volver a saber de mi. Te darías cuenta que no soy quien aparento, a veces me oculto entre el ruido para no tener que explicar. No me gustan las caras que veo, ni la música de ese lugar. Solo me quedo perdida, para no tener que recordar. Disfruto de ese trago que me baja por la garganta, me suprime las ideas y me deja volar. Caminar por el borde del abismo, mirar hacia abajo. Encontrar en el suelo mejor consuelo que en tu boca. Todavia no se fue y ya lo voy a buscar. Hurgando entre mis cosas me doy cuenta que no está. Me sumerjo en una cama para volverme a levantar.